La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD, por sus siglas en inglés) es un padecimiento pulmonar permanente provocado, con mayor frecuencia, por fumar cigarro. Éste empieza con una tos con resuello que gradualmente progresa a una falta de aliento que acompaña incluso al esfuerzo más ligero como vestirse o comer. La COPD engloba tanto al enfisema como a la bronquitis crónica.

El enfisema consisten en la destrucción de los pequeños sacos de aire (alveolos) en los pulmones y la debilitación de la estructura de soporte alrededor de ellos. Esto conduce a un colapso en las vías respiratorias pequeñas en los pulmones, especialmente en la inhalación, y reduce la habilidad del cuerpo para inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono.

La bronquitis crónica consiste de inflamación crónica de las vías respiratorias, causando un tos productiva persistente. Esta inflamación también daña la habilidad del cuerpo para intercambiar el aire nuevo por el viejo. La COPD también involucra espasmos de las vías respiratorias similares a los que se presentan en el asma. Finalmente, brotes esporádicos se presentan cuando bacterias crecen en los pulmones, llevando a una exacerbación aguda de los síntomas.

Debido a que fumar cigarros contribuye tanto al enfisema como a la bronquitis crónica, cualquiera que tenga COPD debe dejar de fumar. Dejar de fumar no revertirá la enfermedad, pero podría evitar que la COPD empeore. Los irritantes transportados en el aire, tales como los humos químicos, exacerban los síntomas y también deben ser evitados. El tratamiento estándar para la COPD incluye el uso de broncodilatadores tales como el ipratropio y el albuterol para reducir los espasmos musculares, y corticosteroides para controlar la inflamación en las vías respiratorias. Los brotes agudos son tratados con antibióticos. La COPD severa puede requerir de terapia de oxígeno continua.

La desnutrición es común entre personas con COPD y parece corresponder a la gravedad de la enfermedad.1, 2 Se ha sugerido que las necesidades calóricas de las personas con COPD se incrementan a medida que la enfermedad progresa.3 Debido a que a su vez la desnutrición puede empeorar la función pulmonar y hacer que las personas sean más propensas a infecciones, actualmente muchos investigadores recomiendan que los individuos con COPD reciban nutrición complementaria como parte de su tratamiento.4, 5

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La n-acetilcisteína (NAC) puede mejorar la respiración en personas con COPD.

La n-acetil cisteína (NAC) es un forma especialmente modificada del aminoácido alimenticio cisteína. El uso regular de la NAC puede disminuir el número de ataques de bronquitis severa. Una revisión y metaanálisis de la investigación disponible se enfocó en ocho ensayos razonablemente bien diseñados, doble ciego controlados por placebo de la NAC para la bronquitis crónica.7 - 15 Los resultados de estos estudios, involucrando un total de 1,400 individuos, sugieren que la NAC, tomada diariamente en una dosis de 400 a 1,200 mg, puede reducir el número de ataques agudos de bronquitis severa.

Una vez se creyó que la NAC auxiliaba con los padecimientos pulmonares por medio de ayudar a la desintegración de mucosa. Sin embargo, las continuas investigaciones han tendido a poner en duda esta explicación de su acción, dejando poco clara la verdadera explicación.

Para más información, incluyendo dosis y cuestiones de seguridad, consulte el artículo completo sobre la NAC.

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La evidencia de tres estudios doble ciego controlados por placebo, que matricularon un total de 49 individuos, sugiere que el suplemento L-carnitina puede mejorar la tolerancia al ejercicio en la COPD, presumiblemente al mejorar la eficiencia muscular en los pulmones y otros músculos.19 – 21

El eucalipto es un ingrediente estándar en las gotas para la tos y en los aceites algunas veces añadidos a los humidificadores. Una terapia de combinación de aceite esencial conteniendo cineole del eucalipto, d-limoneno de frutas cítricas y el alfa-pineno del pino, han sido estudiados para una variedad de enfermedades respiratorias. Debido a que todos estos aceites pertenecen a una familia química llamada monoterpenos, el tratamiento es llamado de "aceites escenciales monoterpenos." Un ensayo doble ciego de 3 meses con 246 individuos con bronquitis crónica encontró que el tratamiento oral con aceites esenciales monoterpenos ayudó a prevenir los rebrotes de bronquitis crónica.27 Un estudio previo doble ciego, demasiado pequeño para poder proporcionar resultados confiables, sugiere que el uso oral de los aceites esenciales monoterpenos puede aumentar los efectos de los antibióticos para los rebrotes agudos una vez que estos se presentan.26 Se cree que los aceites esenciales monoterpenos funcionan por medio de mejorar la habilidad de los pulmones para liberarse de secreciones.28

Una mezcla de extractos de equinácea, índigo silvestre y cedro blanco se ha mostrado promisoria para tratar una variedad de infecciones respiratorias. Un ensayo bien diseñado, doble ciego controlado por placebo integrado por 53 personas, evaluó sus beneficios en exacerbaciones agudas de bronquitis crónica.6 Todos los participantes en este ensayo recibieron terapia estándar con antibióticos. Los resultados mostraron que, en comparación con quienes recibieron placebo, las personas que recibieron medicación herbal experimentaron mejorías más rápidos en la función pulmonar.

Leve evidencia de un pequeño ensayo abierto sugiere que la coenzima Q10 mejora la función pulmonar en individuos con COPD.22

Estudios observacionales sugieren un correlación entre problemas respiratorios y dietas bajas en antioxidantes a partir de alimentos, tales como la vitamina A, vitamina E, vitamina C y betacaroteno.29 - 33 Sin embargo, tales estudios no prueban que tomar suplementos de dichos nutrientes pueda ayudar; sólo los estudios doble ciego, controlados por placebo pueden probarlo. (Para información sobre el porqué de las razones, consulte " ¿Por Qué lasTerapias ComplementariasConfían en Estudios Doble Ciego?") De hecho, un estudio doble ciego sobre la complementación con vitamina E y betacaroteno no encontró efectos en los síntomas de la COPD.34

Aún no se han estudiado los efectos de otros suplementos antioxidantes sobre la COPD.

La evidencia de varios estudios sugiere que la dieta aprobada estándar, baja en grasas y alta en carbohidratos, empeora la realización de ejercicios y la función pulmonar en personas con COPD, en tanto que una dieta baja en carbohidratos puede mejorar los síntomas de la COPD.23 – 25 Los carbohidratos provocan que el cuerpo produzca mayores cantidades de dióxido de carbono, y las personas con COPD tienen problemas para deshacerse del dióxido de carbono.

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Diferentes hierbas y suplementos pueden interactuar de manera adversa con los medicamentos usados para tratar la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Para obtener más información sobre estos riesgos potenciales, consulte el artículo de cada medicamento en la sección Interacciones con Medicamentos de esta base de datos.