Las isoflavonas son químicos solubles en agua que se encuentran en muchas plantas. En este artículo, hablaremos de un grupo de isoflavonas que son fitoestrógenas, lo que significa que causan efectos en el cuerpo un tanto similares a los causados por el estrógeno. Las isoflavonas fitoestrógenas más investigadas, genisteína y daidzeína, se encuentran en los productos de soya y en la hierba llamada trébol rojo.

Una de las formas en que estas isoflavonas parecen funcionar es interesante. Aunque son menos poderosas que los estrógenos del propio cuerpo, se quedan en los mismos lugares (sitios receptores) de las células y no permiten que el estrógeno real se adhiera. De esta manera, cuando no hay suficientes estrógenos en el cuerpo, las isoflavonas pueden compensarlo de manera parcial; pero cuando hay mucho estrógeno, pueden bloquear su influencia parcialmente. El efecto total puede ser la reducción de algunos de los riesgos del estrógeno en exceso (cáncer de mama y cáncer uterino) mientras que todavía proporciona algunos beneficios de los estrógenos (prevención de la osteoporosis). Estas isoflavonas también pueden funcionar de otras maneras, como disminuir el nivel de estrógenos del propio cuerpo.1, 2

Se cree extensamente que las isoflavonas son los ingredientes activos de los productos de soya. Sin embargo, la evidencia para esta teoría no está concluida y existen ciertas indicaciones de lo contrario. (Consulte la sección ¿Cuáles Son las Evidencias Científicas de las Isoflavonas?)

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Aunque las isoflavonas no son nutrientes esenciales, pueden ayudar a reducir la incidencia de varias enfermedades. Por lo tanto las isoflavonas pueden ser útiles para la salud óptima, incluso si no son esenciales para la vida como una vitamina clásica.

Las semillas de soya tostada tienen el mayor contenido de isoflavonas: Aproximadamente 167 mg por una ración de 3.5 onzas. El tempeh (un pastel de semillas de soya fermentadas) es el siguiente, con 60 mg, seguido por la harina de soya con 44 mg. Los productos de soya procesados como la proteína de soya y la leche de soya contienen aproximadamente 20 mg por ración. Las mismas isoflavonas que se encuentran en la soya también están contenidas en ciertos productos de trébol rojo.

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Se desconoce la dosis óptima de isoflavonas que se obtienen de los alimentos. En Japón, el consumo promedio diario de isoflavonas de soya es de aproximadamente 50 mg.17

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Se sabe que los productos de soya reducen el colesterol y las isoflavonas pueden ser el ingrediente activo de la soya; sin embargo, esta última hipótesis es polémica.96

Según algunos pero no todos los estudios, la proteína de soya o las isoflavonas de soya pueden reducir los síntomas menopáusicos.16, 42 - 50, 90, 106 Las isoflavonas de trébol rojo también pueden ser útiles.95

Un estudio pequeño y mal reportado doble ciego controlado por placebo proporcionó evidencias poco convincentes de que las isoflavonas de trébol rojo podrían ser útiles para la mastalgia cíclica.74

Existen evidencias contradictorias con respecto a la posibilidad de que la soya o las isoflavonas de soya puedan ser útiles para prevenir la osteoporosis.22 - 30

El consumo regular de isoflavonas de soya pueden ayudar a prevenir algunas formas de cáncer.9 - 15 La explicación puede yacer en los efectos de la soya sobre los niveles de estrógeno. La mayoría pero no todos los estudios sugieren que el uso de la soya puede reducir ligeramente los niveles de estrógeno.79 - 82, 92 - 94 Asimismo, la mayoría pero no todos los estudios han encontrado que el uso de la soya prolonga el ciclo menstrual durante algunos días.70, 78, 92 Ambos efectos podrían causar un riesgo reducido de cáncer de mama.

No se ha logrado comprobar que la soya rica en isoflavona sea efectiva para los bochornos que con frecuencia ocurren en las sobrevivientes de cáncer de mama.91, 107

Un producto de combinación que contiene isoflavonas de soya, la cimicifuga y el dong quai ha mostrado ser prometedor para las migrañas menstruales.8

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Nivel alto de colesterol

En 1995, una revisión de 38 estudios controlados sobre la soya y la enfermedad cardíaca concluyó que la soya es definitivamente efectiva para mejorar el perfil del colesterol.32

Un estudio más reciente de doble ciego (sin ser parte de la revisión mencionada previamente), el cual incluyó a 66 mujeres ancianas, también encontró mejoras en el colesterol HDL ("bueno").33 Se dividió a las mujeres en tres grupos. El primer grupo recibió 40 g de proteína de leche descremada al día. Al segundo grupo se le administró la misma cantidad de proteína de soya y el tercer grupo recibió 40 g de proteína de soya con isoflavonas extras de soya. En comparación con el grupo de la leche descremada (placebo), ambos grupos de soya mostraron mejoras significativas tanto en el colesterol total como en el colesterol HDL.

Aunque existen ciertas evidencias de que las isoflavonas son los ingredientes activos de la soya responsables de la mejora en el perfil del colesterol,34 - 36, 108 varios estudios contradicen esta hipótesis.31, 37 - 40, 83, 109 - 110 Los componentes de soya sin isoflavona, como las proteínas, pueden ser igualmente o quizás incluso más importantes que las isoflavonas en la soya.96 En apoyo de esta hipótesis alternativa, las isoflavonas de trébol rojo, a pesar de su similitud con las isoflavonas de soya, no lograron reducir los niveles de colesterol en dos ensayos clínicos que enlistaron un total de más de 100 mujeres.7, 41

También existe otra posibilidad. Un estudio que encontró que esos productos de soya a veces pueden tener un perfil poco común de isoflavonas, que contienen niveles altos de la isoflavona llamada gliciteína más que la genisteína y la daidzeína más comunes.84 La gliciteína podría estar inactiva con respecto a reducción de colesterol; en otras palabras, las variaciones en los componentes específicos de isoflavonas podrían haber hecho inactivos a algunos productos estudiados de isoflavona de soya. Actualmente, no es evidente bajo qué circunstancias la soya podría tener niveles altos de gliciteína y si eso representa los resultados inconsistentes observados en los estudios. Además, es posible que ciertas formulaciones de soya contengan ingredientes todavía no identificados más allá de las isoflavonas que desempeñan un papel importante.

Síntomas menopáusicos ("bochornos")

Aunque los resultados del estudio no son completamente consistentes, las isoflavonas de soya o de trébol rojo pueden ser útiles para los síntomas de la menopausia, especialmente para los "bochornos."

Por ejemplo, un estudio de doble ciego controlado con placebo que incluyó a 104 mujeres encontró que la proteína de soya rica en isoflavonas proporcionaba alivio significativo de los bochornos comparada con el placebo (proteína de la leche). También se observaron mejoras en los bochornos, así como en otros síntomas, tales como la sequedad vaginal, en varios estudios diferentes de soya o de isoflavonas de soya.20, 21, 43 - 47, 106 Además, un ensayo clínico de doble ciego controlado con placebo de 12 semanas en 30 mujeres posmenopáusicas encontró que el uso de las isoflavonas de trébol rojo en una dosis de 80 mg al día reducía significativamente los síntomas de bochorno en comparación con el placebo.95

Sin embargo, varios estudios no han logrado encontrar beneficios con la soya o con las isoflavonas concentradas.16, 48 - 50, 90, 96 Además, en dos ensayos doble ciego controlados por placebo, la soya no logró reducir los bochornos entre las sobrevivientes de cáncer de mama.91, 107

Para hacer las cosas aun más complicadas, un estudio de doble ciego en 241 mujeres que experimentaban bochornos encontró beneficios equivalentes si se usaban ya sea productos de soya sin isoflavonas o ricos en isoflavonas.6 (Este estudio no usó un grupo de placebo.)

El índice alto del efecto del placebo que se observa en muchos estudios de síntomas menopáusicos puede justificar de manera parcial estas discrepancias al ocultar efectos específicos. También pueden aplicarse las cuestiones con respecto a la gliciteína y a componentes desconocidos mencionados en la subsección anterior (Niveles Altos de Colesterol).

Osteoporosis

El estrógeno tiene un efecto poderosamente protector sobre los huesos. Aunque los resultados del estudio no son completamente consistentes,5, 51 - 62, 96, 113 cuando se consumen en conjunto, las evidencias sugieren que la genisteína y otras isoflavonas de soya pueden ayudar a prevenir la osteoporosis.

Por ejemplo, en un estudio de doble ciego controlado por placebo de 1 año, a 90 mujeres con pérdida ósea de 47 a 57 años de edad, se les administró genisteína, terapia estándar de reemplazo hormonal (TRH) o placebo.19 Los resultados mostraron que la genisteína aumentaba la densidad ósea aproximadamente al mismo grado que la THR. No se observaron efectos adversos en el útero o en las mamas.

De manera interesante, a diferencia del estrógeno, que principalmente ayuda a prevenir la destrucción de los huesos, las evidencias sugieren que las isoflavonas también pueden ayudar a crear huesos nuevos.19, 63, 64

Migrañas menstruales

En un estudio de doble ciego de 24 semanas, 49 mujeres con migrañas menstruales ( dolores de cabeza por migraña asociados con el ciclo menstrual) recibieron ya sea placebo o un suplemento de combinación que contenía isoflavonas de soya y extractos de dong quai y cimicifuga.8 Al iniciar en la vigésima semana, el uso del suplemento herbal dio como resultado la severidad y la frecuencia disminuidas de los dolores de cabeza en comparación con el placebo. Sin embargo, no es evidente cuál de los ingredientes de la combinación fue útil. Aparentemente los autores del estudio consideraban la cimicifuga y el dong quai como fitoestrógenos, pero el consenso actual dice que no pertenecen a esa categoría.

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Estudios en animales han encontrado que las isoflavonas de soya esencialmente no son tóxicas.65

Aunque se han expresado temores por algunos expertos de que las isoflavonas de soya podrían interferir con la acción de los anticonceptivos orales, un estudio en 36 mujeres sugiere que dichas preocupaciones están infundadas.69

Puesto que las isoflavonas funcionan un poco como el estrógeno, existen preocupaciones teóricas de que no puedan ser seguras para las mujeres que ya han padecido de cáncer de mama. Estudios en animales han encontrado evidencias sugerentes de que bajo ciertas circunstancias las isoflavonas de soya podrían estimular a las células del cáncer de mama.75 - 77 Las evidencias de dos estudios preliminares en humanos encontraron cambios que sugieren que la soya podría aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de mama.18, 97 Sin embargo, un ensayo clínico de doble ciego en 30 mujeres encontró que, a diferencia del estrógeno, el uso de las isoflavonas de soya no aumentaba la densidad del tejido de las mamas.4 (La densidad aumentada del tejido de las mamas es un factor de riesgo para el cáncer de mama). Considerando todas estas evidencias, la prudencia sugiere que las mujeres que han padecido de cáncer de mama, o que se encuentran en riesgo de contraerlo, deben consultar a un médico antes de consumir cualquier producto con isoflavonas.96

El estrógeno estimula al tejido uterino, de manera potencial aumentando el riesgo de cáncer uterino, pero parece que las isoflavonas de soya no afectan al útero en lo absoluto.16

Estudios y reportes preliminares han planteado preocupaciones de que el uso intensivo de productos de soya por mujeres embarazadas podría ejercer un efecto hormonal que impacta a los fetos nonatos.67, 68 Las isoflavonas de trébol rojo podrían presentar riesgos similares.

Parece que la soya tiene numerosos efectos potenciales que involucran a la glándula tiroidea. Cuando se administra a individuos con función tiroidea dañada, se ha observado que los productos de soya reducen la absorción de los medicamentos tiroideos.72, 73, 98 Además, ciertas evidencias insinúan que las isoflavonas de soya pueden inhibir directamente la función de la glándula tiroidea, aunque esta inhibición solamente puede ser significativa en individuos que presentan deficiencia de yodo.71, 99, 100 Sin embargo, para hacer las cosas más confusas, generalmente los estudios en humanos y animales saludables a los que se les administran isoflavonas de soya u otros productos de soya han encontrado que ya sea que la soya no tuvo efecto sobre los niveles hormonales tiroideos o en realidad aumentó los niveles.79, 101 - 104 El resultado final: En vista de los efectos complejos de la soya con respecto a la tiroides, los individuos con función tiroidea dañada no deben consumir cantidades grandes de productos de soya excepto bajo la supervisión de un médico.

Algunas evidencias sugieren que la isoflavona llamada genisteína podría dañar la inmunidad. Un estudio en ratones descubrió que la genisteína inyectada tiene efectos negativos en la glándula timo (un órgano que es importante para la inmunidad) y también causa cambios en la permanencia de diferentes glóbulos blancos consistentes con la inmunidad dañada.85 Aunque la genisteína fue inyectada más que administrada oralmente, los niveles sanguíneos de genisteína que produjeron estas inyecciones no fueron excesivamente altos; fueron comparables a (o incluso menores que) lo que ocurre en los niños amamantados con fórmula de leche de soya. Además, existen varios reportes de respuestas de inmunidad dañada en bebés amamantados con fórmula de soya.86 - 89 Aunque es demasiado prematuro concluir que la genisteína daña la inmunidad, estos hallazgos son una causa de preocupación.

Un estudio de observación planteó preocupaciones de que la soya podría dañar la función mental en los adultos.105 Sin embargo, los estudios de observación son mucho menos confiables que los ensayos clínicos y otros estudios insinúan que la soya o las isoflavonas de soya en realidad podrían tener un efecto benéfico sobre el conocimiento.96

Finalmente, existe un reporte de caso en el cual los suplementos de isoflavona de soya causaban dolores de cabeza provocados por migraña en un hombre que jamás había experimentado migrañas anteriormente; presumiblemente ésta era una reacción sumamente individual, como una alergia.3