El cuerpo debe enfrentarse a ataques constantes por parte de organismos microscópicos. Con el fin de defenderse contra esta avalancha de ataques despliega un amplio rango de defensas que en conjunto se llaman sistema inmunológico.

Las personas con enfermedades que provocan deficiencia inmunológica, tales como SIDA, caen víctimas de microorganismos infecciosos que una persona saludable podría rechazar fácilmente. Sin embargo, incluso las personas saludables se enferman de vez en cuando, víctimas de infecciones que se las arreglan para evadir las defensas. Y, no obstante, algunas personas aparentemente saludables se enferman con bastante frecuencia.

Si usted cae dentro de esta categoría, querría encontrar tratamientos que puedan fortalecer su sistema inmunológico. Desafortunadamente, esto es más fácil de decir que de hacer. Para explicar el porqué es tan difícil aumentar la resistencia a la enfermedad, necesitamos profundizar dentro de la naturaleza de la inmunidad.

El sistema inmunológico

El sistema inmunológico principalmente consiste de varios tipos de glóbulos blancos y las sustancias químicas (como los anticuerpos) que ellos producen. En ciertas enfermedades, como el SIDA, muchos de estos glóbulos blancos son dañados o eliminados. En tales casos, el término deficiencia inmunológica es claramente adecuado. La circunstancia es análoga a un ejército que carece, por así decirlo, de armas.

Sin embargo, la examinación cuidadosa de la mayoría de las personas que frecuentemente sufren de resfriados (o infecciones de la vejiga o ataques de herpes, por ejemplo) fracasa en presentar cualquier déficit visible en el sistema inmunológico. Las personas tienen todas las células inmunológicas y anticuerpos que necesitan en aproximadamente las cantidades correctas y, todas las partes parecen funcionar bien. Entonces, ¿por qué se enferman tan a menudo? La respuesta corta es: No lo sabemos.

Uno puede formular la hipótesis de que en algunas personas el sistema inmunológico falla al funcionar correctamente, por alguna razón relativamente invisible y sutil, de manera muy parecida a un ejército bien equipado que podría perder su plan de combate debido a la apatía o desunión. Sin embargo, tenga en cuenta que incluso las personas que desarrollan resfriados frecuentes pueden rechazar miles de otras infecciones diariamente. (Si no lo hicieran, estarían muertas.)

Por esta razón, una hipótesis alterna viene a la mente: Que el exceso de susceptibilidad a un tipo particular de infección podría ser provocado por algo más específico que debilidad inmunológica general. Como un ejemplo, las membranas mucosas crónicamente inflamadas podrían llevar a resfriados frecuentes, dado que una membrana mucosa inflamada podría ser más porosa a los virus del resfriado. De manera similar, la pared de la vejiga de una mujer podría permitir el acoplamiento particularmente fácil de bacterias, llevando a infecciones frecuentes de vejiga.

Aunque en realidad todas estas son especulaciones. Nosotros realmente no sabemos por qué algunas personas frecuentemente desarrollan infecciones menores. Por esta razón, es muy difícil encontrar una forma de solucionar el problema.

Inmuno modulación

Muchos productos naturales dicen estimular las inmunidad general. Sin embargo, mientras podamos estudiar científicamente el efecto de un solo tratamiento sobre una sola enfermedad, de acuerdo al conocimiento actual, no hay forma en que podamos siquiera saber que un tratamiento fortalece el sistema inmunológico en general.

Los científicos pueden medir los efectos de una hierba sobre tipos individuales de glóbulos blancos y notar cambios en la actividad, pero no saben cómo interpretar en conjunto los resultados de esas mediciones. Después de todo, el sistema inmunológico es un sistema y los sistemas son notoriamente complicados de analizar. El conocimiento actual no nos permite predecir el efecto final de los cambios positivos en las partes.

Para reconocer esta limitación, los científicos tienden a usar el término inmunomodulatorios en vez de inmuno-estimulación, cuando se refieren a sustancias que provocan alteraciones cuantificables en el sistema inmunológico. Esta terminología nota un cambio (modulación), pero no llega a conclusiones respecto a si ese cambio es bueno, malo o indiferente.

Cientos o miles de hierbas tienen efectos inmunomodulatorios. En muchos casos, puede ser que estos no representen nada más que la reacción del cuerpo a la hierba como una presencia extraña - una reacción inmunológica a la hierba en sí, en otras palabras, sin beneficios especiales. En algunos casos, los efectos inmunomodulatorios observados podrían indicar una alteración en la función inmunológica con beneficios potenciales bajo ciertas condiciones, pero aún es imposible saberlo.

En teoría, es posible que algunas sustancias naturales pudiera estimular todos los aspectos de la inmunidad. Sin embargo, de poder hacerlo, ¡sería una sustancia altamente peligrosa! El sistema inmunológico está equilibrado sobre un borde afilado. Un sistema inmunológico que está demasiado relajado falla en defendernos de las infecciones; un sistema inmunológico que está demasiado activo ataca a los tejidos saludables, provocando enfermedades autoinmunológicas. Un estimulador inmunológico universal podría provocar lupus, enfermedad de Crohn, asma, enfermedad de Graves, tiroiditis de Hashimoto, esclerosis múltiple o artritis reumatoide, entre otros problemas.

En vez de un estimulador inmunológico, uno debería preferir un tratamiento que de alguna forma equilibre el sistema inmunológico. ¿Existe tal tratamiento? En realidad nadie lo sabe, aunque las afirmaciones abundan.

Preventing

Hierbas y suplementos

No hay duda de que una buena nutrición general es necesaria para tener una inmunidad fuerte. Sin embargo, el consumo excesivo de algunos nutrientes (el zinc, por ejemplo) podrían debilitar la inmunidad. Para información sobre los nutrientes que podrían valer la pena tomar para mejorar su nutrición, consulte el artículo sobre apoyo nutricional general. En esa sección también discutimos cierta evidencia científica específica que indica que los suplementos multivitamínicos/multiminerales podrían ayudar a ciertas personas a estar bien.

Un número de hierbas y suplementos se han mostrado un tanto prometedor para prevenir o tratar ciertas infecciones específicas. Para más información, consulte los artículos sobre infección de vejiga, resfriados y gripes, diarrea, infección por hongos, infección por herpes, infección del oído medio e infección vaginal por cándida.

Las inmunizaciones son un método ampliamente usado para fortalecer la respuesta inmunológica a enfermedades específicas, tales como influenza. Sin embargo, algunas personas (especialmente las mayores) podrían no responder adecuadamente a las inmunizaciones. Ciertos productos naturales como el ginseng, la vitamina E y los suplementos multivitamínicos/multiminerales podrían aumentar la respuesta.

La equinácea es ampliamente promocionada como una hierba de fortalecimiento inmunológico, pero la evidencia actual sugiere que el uso regular de equinácea no ayuda a prevenir resfriados u otras infecciones.2 - 4 (Sin embargo, la equinácea parece ser útil para los resfriados que ya se han iniciado.)

Cuestiones de estilo de vida

Casi no hay duda de que si usted vive un estilo de vida saludable, con buena nutrición y bastante ejercicio, se acercará más a un estado de salud óptima. Sin embargo, tenga en cuenta que la clave es la moderación. Demasiado ejercicio (como correr una maratón) puede debilitar el sistema inmunológico, provocando infecciones. (Si usted quiere involucrarse en ejercicio de bastante resistencia, la vitamina C y la glutamina se han mostrado un tanto prometedoras para prevenir el "resuello post maratón."

Aunque comúnmente se dice que los niveles altos de consumo de azúcar debilitan la inmunidad, no hay evidencia significativa que respalde esta observación. De manera similar, si bien el severo abuso de alcohol claramente daña la función inmunológica, no hay evidencia de que el consumo moderado de alcohol incremente el riesgo de infecciones.

¿Exponerse al frío provoca resfriados? Posiblemente, pero no ha sido probado. Tampoco hay evidencia confiable de que reducir el consumo de productos lácteos prevendrá infecciones respiratorias.

Finalmente, contrario a la creencia popular, el tratamiento antibiótico temprano de niños con infecciones en el oído no parece dañar la inmunidad del niño y por lo tanto provocar un mayor índice de infecciones en el oído.1

Terapias alternativas

Se dice que varias terapias alternativas pueden mejorar la salud total y, de esa forma, prevenir enfermedades en general. Estas incluyen métodos como acupuntura, Ayurveda, manipulación quiropráctica de la columna vertebral, naturopatía, Reiki, tai chi, Toque Terapéutico, medicina herbal tradicional china y yoga. Sin embargo, hasta ahora casi no hay evidencia significativa que indique que estos métodos tienen algún efecto positivo específico sobre la inmunidad.