El rooibos, o té rojo, es una planta nativa de la región Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Durante mucho tiempo usado como un té para beber, se popularizó como una hierba medicinal a finales de la década de 1960 por una mujer llamada Annique Theron, quien afirmaba que podría ayudar a aliviar los cólicos y otros problemas relacionados con los bebés. Desde entonces, se ha defendido para una amplia variedad de condiciones adicionales, incluyendo dolor estomacal (dispepsia), alergias, verrugas, eczema, ansiedad, insomnio, y lesiones menores.

El té se cosecha durante el verano. Cuando se recoge es verde, pero se vuelve rojo durante un proceso de fermentación similar al que se usa para hacer el té negro.

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El té rooibos se comercializa como un tratamiento para una amplia variedad de condiciones, incluyendo todas las mencionadas anteriormente. Sin embargo, ningún uso propuesto de esta hierba tiene alguna evidencia científica significativa de apoyo.

Como otras formas de té, el té rojo contiene sustancias antioxidantes en la familia del fenol.1-4 Esto por sí mismo es la base para muchas de las aseveraciones de salud que se le atribuyen. Sin embargo, innumerables sustancias contienen antioxidantes; además, la teoría de que los antioxidantes proporcionan beneficios generalizados para la salud, en años recientes, se ha colapsado en gran medida.

No obstante, estudios de probeta, al menos, insinúan que el té rojo podría ser útil para prevenir enfermedades cardiacas,5 prevenir lesión hepática,6-7 y reducir el riesgo de cáncer.10 Otros estudios de probeta insinúan que los componentes del té rojo podrían tener actividad contra el virus del VIH.8-9

Sin embargo, toda esta evidencia permanece demasiado débil como para confiar en ella. En general, sólo estudios doble ciego controlados con placebo pueden probar que un tratamiento es efectivo. Los estudios de probeta están en el extremo opuesto del espectro; éstos son útiles como investigación básica, pero la abrumadora mayoría de beneficios potenciales vistos en el estudio de probeta no resultó en estudios en humanos. Por lo tanto, actualmente, aunque el rooibos puede ser un agradable té para beber, cualquier afirmación medicinal atribuida a él, no tiene fundamentos científicos.

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El té rooibos se prepara al agregar una cucharada cafetera, o una bolsita de té, de la hierba en una taza de agua.

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Como un té para beber ampliamente usado, se presume que el rooibos es seguro. Éste no contiene cafeína. No se han determinado las dosis máximas seguras para mujeres embarazadas o en lactancia, niños pequeños, o aquellas personas con enfermedad hepática o renal severa.